(De Eduardo Parise)
En cada barrio de Buenos Aires hay una esquina que oficia de
punto central, convirtiéndose no sólo en referencia obligada, sino también en
símbolo del lugar. En Belgrano, ese lugar es el cruce de las avenidas Cabildo y
Juramento. Y aunque en la zona hay otros sectores que pueden resultar
representativos (como las Barrancas, las estaciones de tren o la iglesia de la Inmaculada Concepción,
a la que todos conocen como “la
Redonda”), lo cierto es que Cabildo y Juramento tiene mucho
para erigirse como corazón del Belgrano actual.
Como comienzo se debe considerar que si uno despliega un
mapa del barrio, Cabildo y Juramento queda casi en el centro de ese lugar que
en 1855 era un pueblo, en 1883 pasó a ser ciudad y que en 1887, tras ser
anexado a Buenos Aires, quedaría como un barrio más de la gran metrópolis. Los
nombres actuales de las dos avenidas recién fueron impuestos el 27 de noviembre
de 1893. Antes, Cabildo era 25 de Mayo y Juramento, Lavalle.
Y aún en los tiempos en que Cabildo era el Camino Real del
Norte, un ancho sendero de tierra que usaban los troperos (vale recordar que en
el cruce con la actual calle La
Pampa estaba la pulpería "La Blanqueada", antigua
parada de carretas), la esquina con Juramento ya empezaba a figurar como lugar
importante. Es que a unos metros vivía Juan Callaba, dueño de las diligencias
que llegaban desde el Centro hasta Belgrano. La más famosa era una llamada "La Golondrina". Hoy, por
Cabildo y Juramento circulan unas quince líneas de colectivos.
Y si de transportes se trata, aquella esquina también vio
pasar muchas veces al famoso tranguaicito, un tranvía tirado por tres caballos
que iba desde la estación del tren, en el Bajo, hasta la actual calle Vidal.
Era un servicio especial que circuló hasta noviembre de 1915. Durante muchos
años, la concesión de ese servicio estuvo a cargo de Luis Cevasco, un antiguo
vecino del barrio quien también era famoso por ser el dueño de "Toro", un
caballo percherón que ganó muchas cinchadas. La historia dice que, con "Toro",
don Cevasco ganó e hizo ganar mucha plata a muchos apostadores que le tenían fe
a la fuerza de su caballo.
En tiempos más actuales, Cabildo y Juramento tuvo también
otros sitios que la hicieron cita obligada: la famosa Confitería "Mignón", el
cine que también tenía ese nombre y la Galería "Juramento",
punto de encuentro hasta la década de 1980. La confitería era famosa por servir
en bandeja de plata las masas que acompañaban el té. En la ochava que ocupaba
ahora hay pequeños comercios de distintos rubros.
Donde estaba el cine "Mignón" (sobre Juramento, a unos metros
de Cabildo en dirección a Ciudad de la
Paz), ya casi nadie recuerda su decorado edificio y su gran
sala con las tradicionales butacas forradas en gamuza. Después de haber
albergado a un restaurante de "tenedor libre", en la actualidad el lugar es
sede de una iglesia evangélica. Al lado estaba el local de la heladería
"Venecia", que también pasó a la historia.
En cuanto a la Galería "Juramento", muchos la evocan como Churba.
Tenía tres pisos y dos subsuelos y a los locales se llegaba caminando por una
amplia rampa que dejaba un gran hueco central que proveía aire y luz. Fue un
lugar de moda y diseño y albergó comercios que quedaron en la memoria de
muchos: la disquería "Downtown Records", las casas que vendían jeans y remeras
exclusivas y, en el tercer piso, la famosa "Toldería de la Griega", donde los hippies
conseguían la ropa que los distinguía.
Hoy, en esa esquina, hay una pizzería y un gran local de
ropa deportiva. También se ve un mural que recuerda a John Lennon pidiendo una
oportunidad para la paz. Los árboles escasean, la boca de la estación del subte
se sumó al paisaje y ningún dato alude a don Policarpo Mom, un personaje que
fue clave en el desarrollo de Belgrano. Pero esa es otra historia.
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Imagen: Cruce de Cabildo y Juramento: Confitería "Mignon" en la esquina sudeste (Foto circa década del 40).