(De Amparo Garcianievas)
Un tanguero hace mimo.
El otro titubea.
Una no entiende nada.
La otra todo.
Cuarenta y cinco observan. Treinta y ocho deducen.
Veintidós juzgan. Dieciocho se equivocan.
Catorce bailan. Ocho firuletean.
Dos ignoran el mundo.
Castillo, desde arribas, exclama: ¡¡¡Eeeepa!!!
Y alguien quiere morirse en ese instante
Porque, si mueres en el Paraíso
-todo el mundo lo sabe-
queda prohibido trasladar el cuerpo.
____________
Imagen: Alberto Castillo, cantor.