(De Luis Alposta)
Rata es una palabra que proviene del antiguo alemán y es la
que designa al mamífero roedor que el diccionario, como al mejor estilo de un
purasangre, nos lo presenta con una cabeza pequeña, hocico puntiagudo, orejas
tiesas, cuerpo grueso, patas cortas, cola delgada y pelaje gris oscuro.
Hacerse la rata,
en el lenguaje popular, es faltar a clase a escondidas de los padres; es faltar
al empleo para hacer fiaca; es hacerse la rabona.
Rata se le dice a
la persona vil y despreciable. Rata se
le llama al indigente, al sumamente pobre, al que es más pobre que una rata. Ratero
se le dice al ladrón de poca monta; y rati,
que es tira al revés, al pesquisa, o
policía.
Ratón, que
adjetiva al pichinchero y al pichulero tanto como a la persona falta de recursos, es el nombre
que, en una época, se le dio a unos automóviles con capacidad para dos
personas, provisto de tres ruedas, motor trasero y puerta al frente. El ratón,
cuyo femenino es ratona, o sea, una mesa baja, puede llegar a serlo, también,
de biblioteca.
Tener ratones en la
cabeza es tener ideas fijas y extravagantes; hacerse uno los ratones o ratonearse,
es fantasear sexualmente.
Y a propósito, vayan estos versos para un fabulario lunfa:
RATA CRUEL
-No te hagás la rata cruel
que el queso igual se te acaba-
dijo el ratón, como al rato,
a su rata que, de a ratos,
de su bulín se rateaba.
Si la rata es ratera,
por más que uno la rete,
te deja los ratones en la sesera.
______
Imagen: La última
cena protagonizada por ratas y ratones, según una publicidad de un producto de
desinfección.
Nota tomada de la página web Mosaicos porteños, del autor.