(De Miguel Ruffo)
Retornamos al Parque Lezama
esta vez para referirnos a su arte fontanero representado por su fuente Du
Val D’Osne. A mediados del siglo XIX “nuestra naciente economía no podía
permitirse el lujo de comprar mármoles o bronces originales por lo elevado de sus
precios. Por lo tanto se recurrió a los servicios de una importante fundición
francesa, Du Val D’Osne, que ofrecía a buenos precios fuentes realizadas en
hierro fundido patinado, compuestas por figuras alegóricas y variados elementos
decorativos. […] Dos de esas fuentes se instalaron en la Plaza de la Victoria el 25 de mayo de
1868. En la actualidad ambas están colocadas sobre la avenida 9 de julio, en la
intersección de la avenida Córdoba. […] En el caso de la fuente que nos ocupa […] tenemos dos esculturas: Neptuno joven y una Náyade. Ambas figuras están
delicadamente realizadas con sus torsos desnudos. Sus rostros inexpresivos
responden a los cánones de ‘Belleza Ideal’ de la cultura clásica. […] Esta
fuente se habría instalado aproximadamente en 1931, oportunidad en que se
quitaron las verjas artísticas que rodeaban los jardines privados de la
residencia (de los Lezama)…” (1)
Tenemos pues una representación de Poseidón (Neptuno entre
los romanos). El dios griego Posidón era el dios del mar y más antiguamente el
dios de las aguas en general, fueran éstas o no de carácter marítimo. De manera
que Poseidón se manifestaba en el mar, los ríos, lagos y también en las aguas
procedentes de las lluvias. Tenía como atributo el tridente y con él se
asociaban los maremotos y terremotos, todo lo que sacudía a la tierra con sus
secuelas de calamidades. A Poseidón se le asociaban también los caballos y los
delfines. Había competido con Atenea por el patrocinio de la ciudad de Atenas.
Mientras ésta había ofrecido el olivo, Poseidón hizo lo propio con el caballo.
Ganó Atenea. Y esta parte de los mitos griegos viene a cuento porque en el
Parque Lezama también contamos con una escultura de Atenea. Recordamos que en
estas páginas hemos hablado de los sistemas semióticos que se construyen en los
espacios públicos. A la escultura de Poseidón la asociamos con la de Atenea como
signos que remiten a los orígenes de Atenas; recordemos que el Parque Lezama
como parque fundacional de la ciudad de Buenos Aires conecta los orígenes de
ésta con los de Atenas y Roma. Pero volvamos a las aguas porque ellas nos
permiten establecer otra relación semiótica. Tenemos en Poseidón a su dios y en
el monumento a la
Cordialidad Internacional , que también forma parte del
patrimonio escultórico del parque, una representación que semeja una nao y las
embarcaciones se desplazan en el agua. Y si esto es válido para el presente del
parque, también lo es para la historia de la zona. En efecto, la fuente Du Val
D’Osne se encuentra instalada en la parte del parque que da a la intersección
de la calle Brasil con la avenida Paseo Colón. ¿Y dónde está el agua en este “mar de
cemento”? No existe en el hoy, pero sí en el ayer, ya que el Río de la Plata , llegaba hasta lo que
hoy es la avenida Paseo
Colón. Es como si la escultura de Poseidón estuviese custodiando sus antiguos
dominios: en este caso las aguas del río. En la fuente tenemos agua y ella nos
permite otra conexión simbólica: la de vincularla con la Loba Romana , ya que
esta escultura tiene dos vertederos de de agua, aunque hoy no funcionen y si se
trata de lo que hemos perdido en el hoy, recordemos que el monumento a Pedro de
Mendoza también disponía de una fuente. Así el arte fontanero del Parque Lezama
enlazaba a Buenos Aires con Atenas y Roma, como un sistema de significados
construidos a partir del agua: el Egeo, el Tíber, el Río de la Plata , en suma: el Parque
Fundacional relacionando las ciudades por medio del agua. Y no olvidemos a
Montevideo porque fue esta ciudad la que obsequió a Buenos Aires, el monumento
a la
Cordialidad Internacional , que también tenía su espejo de
agua.
En cuanto a la náyade era una ninfa de agua dulce como lo
son las aguas del Plata. En suma la fuente Du Val D’Osne del Parque Lezama nos
permite trazar juegos de significados entre sus monumentos –en este caso sus
fuentes– que apuntan a lo que siempre decimos: el Parque Lezama es el parque
fundacional de la Ciudad
de Buenos Aires.
______
Notas:
(1) MAGAZ, María del Carmen y AREVALO, María Beatriz;
“Historia de los Monumentos y Esculturas de Buenos Aires”, MCBA, Bs As, 1985,
pp 153-154.
Fotografía: La fuente Du Val D`Osne en el Parque Lezama, en la esquina de Brasil y Paseo Colón.
Nota tomada del periódico Desde Boedo.