9 ene 2014

Acerca del Domingo siete



(De Luis Alposta)

En nuestro lenguaje cotidiano recurrimos con frecuencia a expresiones, de significado bien preciso, de las que desconocemos su origen.
Aunque muchas de ellas nos puedan dejar en ayunas con respecto a las circunstancias en que se generaron, otras, en cambio, encienden la imaginación. Tal el caso de la locución salir con un domingo siete, que, según una leyenda salvadoreña que conocí a través de Rafael Jijena Sánchez, ha tenido este origen:
Un leñador con su burro, después de haber estado perdido en el bosque durante la noche, llegó a una vieja casona. La puerta estaba abierta y de la habitación central, iluminada, provenían voces y cantos. La curiosidad lo hizo entrar y, escondido detrás de unas columnas, vio a unas brujas que bailaban y cantaban: Lunes, martes, miércoles tres... lunes, martes, miércoles tres. Y él, no pudiendo contenerse, salió del escondite y agregó: jueves, viernes, sábado seis. Las brujas lo rodearon y antes de despedirlo le llenaron sus alforjas con monedas de oro.
Ya en su casa, le contó la historia a su mujer. Historia que escuchó también su comadre, quien, a su vez, instó a su marido para que hiciese lo mismo. Y el pobre hombre, después de dar un sin fin de vueltas por el bosque ubicó finalmente la casona. Entró y vio a las brujas que, ahora, bailaban y cantaban: lunes, martes, miércoles tres, jueves, viernes, sábado seis. Él, sólo atinó a agregar: domingo siete.
Las brujas lo despacharon llenando sus alforjas con basura. Su pecado fue haber roto el ritmo. Haber salido con un domingo siete. 
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Imagen: Noche de brujas.
El texto y la ilustración fueron tomados de los "Mosaicos porteños" del autor.