(De José Muchnik)
¡Flit! ¡Flit! ¡Flit!
como balines el soldadito del envase tiraba sobre los malditos insectos.
Lenguajes hechos de sonidos y sentidos, a veces encajan como anillo al dedo, a
veces les cuesta acordarse. Digamos “culo”, en castellano la palabra suena
sólida, redonda, en armonía con su objeto, pero confieso que después de treinta
y pico de años anclado/encallado en París me cuesta entender que “cul”, una
palabra navaja con esa “u” tirando a “i”, pueda significar culo, al menos no un
culo bonachón en pleno uso de su simpatía. Peor aún el “ass” inglés, tan seca,
abrupta, sin redondeces, al punto que en Nueva York comienzan a usar “tujes”,
vocablo yiddish que sin llegar a la sonoridad de culo, evoca mejor que “ass”
las humanas nalgas y sus fonéticos potenciales, podría citar…, disculpen,
disculpen, era para decir que cuando tenía diez años no dudaba que Flit formaba parte de la lengua
castellana, como puloil, tiner o yilé
(1).
No sé para qué contás esto Josecito, siempre lo mismo, esa
obsesión por las palabras, al final cansa un poco ¿por qué te acordaste de Flit? no metas trampa, vos sabés cómo
salen las notas de la ferretería vieja, una imagen que sube a la sesera
enganchada de otra, la guarnición semiológica guardala para una charla en la
facultad, acá nos interesa el bife de chorizo, bien jugoso, sin guarnición,
desembuchá lo que te traés, vamos al grano, o al Flit si te parece.
Me volvieron loca nene, toda la noche, no te imaginás, me
picaban por todos lados, él dormía, no sé cómo se las arregla para dormir, dice
que se la agarran conmigo porque soy más dulce, además de los mosquitos tengo
que aguantar al boludo de mi marido, sobre todo el zumbido, es lo más
insoportable…, siguió hablando, yo ya no escuchaba, ni siquiera pensaba, estaba
ahí, hipnotizado por las ondulaciones bajo el solero negro, aún sin pensar
concluí a la ausencia de corpiño, las tetas vibraban eléctricas, escapándose de
la noche de insomnio como de un naufragio, nadando hacia mí para que las
rescatara, los cabellos negros como el solero desplegando su velamen con labios
húmedos relatando el martirio, me imagino, no sé lo que relataban, a mí sólo me
llegaba el movimiento, descarga de alto voltaje, paralizado…
Ya tienen la imagen amigos voyeuristas, me habían hablado de los lectores de “Desde Boedo”,
del Director ni qué hablar, ahora saben por qué me acordé de Flit, ahora entienden los riesgos que
corría un niño ferretero en el Boedo de los años 50, de la cama a la
ferretería, así desembarcó la dama del solero negro (2), como una ola sensual
en las orillas del mostrador, derramando su…, su…, sobre este inocente, ¿qué
edad tenía?, exactamente no sé, ya les dije que los recuerdos suben enredados,
calculo entre nueve y diez años, ¿se dan cuenta? ¿qué hacer a esa edad frente a
tamaña descarga? Nada, absorber las radiaciones a cada vibración, a cada
ondular del solero, a cada…, hasta perder los sentidos, petrificado…
¿Me escuchás nene? ¿Que hacés mirando como un bobo? Te pedí Flit, vuelvo a casa y los mato a todos,
mosquitos de mierda. Flit ¿sabés lo
qué es?, movete ¿qué te pasa?…, como un autómata busqué la lata con el
soldadito, la envolví en papel de diario, agarré el billete que me alcanzaba,
se lo di a mi viejo para que cobrara y le entregué el vuelto sin mirarla… ¿Ya
estás avivado? ¿Ya debutaste? les gustaba preguntar a los mayores haciendo uso
del derecho a imbecilidad que la edad otorga, sin entender la bronca/impotencia
que nos daba no poder responder. Ahora, años después, puedo darme cuenta de
cómo se deshacían las primeras fibras de inocencia, ahora sí veo que esas
ondulaciones del solero negro me estaban avivando, ahora me doy cuenta de que Flit era un sonido perfecto para matar
mosquitos. Lo agradable de estas notas son las sorpresas, aún para el que las
escribe, avivado ya de tantas cosas busco un viejo diccionario inglés, me vengo
a enterar, a medio siglo de distancia de los hechos relatados, que “flit”
significa revolotear, moverse rápidamente de un lado a otro; todo concuerda,
sonidos y sentidos, así revoloteaban los frutos prohibidos hipnotizando a
Josecito.
¡Tantas cosas revela el pasar del tiempo! La dama del solero
negro no podía/debía matar a todos los mosquitos de mierda, pese a las
picaduras, los zumbidos, el dengue, la malaria… tenemos que bancarlos, como las
abejas o las libélulas son una nota clave de la natura, polinizan plantas,
procesan desperdicios, peces, murciélagos, lagartijas…, desaparecerían sin esa
deliciosa comida, entonces… También sabemos hoy que el principio activo del Flit era el DDT, veneno que nos
pulverizaban como si fuera Carnaval, como ahora pulverizan los glifosatos para
tratar la soja (3).
Así van remontando imágenes del fondo de la ferretería,
haciendo carambolas en el presente. Una imagen trae otra, se van entramando. No
piensen mal de Josecito, también me acuerdo de las manos celestes de Don Luigi,
no asociadas al Flit sino al flitero.
Se me jodió cuando estaba por terminar la bici, per favore ragazzino dame un flitero, rápido, antes de que se seque
la pintura, ni tiempo de lavarme las manos tuve. Les cuento que el flitero se
usaba también para pintar bicicletas, heladeras… ¡hasta coches! Había que tener
la mano, a Don Luigi le gustaba explayarse sobre el tema, guarda ragazzino, es más difícil pintar con un
flitero que con un soplete, tenés que diluir la pintura hasta la consistencia
adecuada, ni muy espesa ni muy chirla, luego tenés que bombear desplazando el…,
yo miraba los gestos que acompañaban las palabras, le miraba las manos como si
fueran mágicas…, bueno…, no tan mágicas como las ondulaciones del solero
negro.
1. Puloil: Polvo
limpiador usado en general para la vajilla, del inglés pull-oil, sacar las grasa; Tiner:
Diluyente para pinturas, del inglés thin
delgado, thinner adelgazador; Yilé, forma criolla de pronunciar Gillette, marca de la célebre hojita de
afeitar que lleva el nombre de su inventor, a comienzos del siglo XX, King Camp
Gillette.
2. Como es norma en estas notas, el autor guarda la
discreción sobre la identidad de los personajes.
3. Comprobados ya hace tiempo los efectos desastrosos del
DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) sobre la salud humana y la naturaleza (una
vez contaminado el suelo el DDT tarda decenas de años en degradarse) se ha
prohibido su uso como insecticida en la mayoría de los países.
Ilustración: Rociador y envase del mata moscas y mosquitos Flit.