13 ago 2014

Monumento a Juan Larrea



(Por Miguel Ruffo)

A Adolfo P. Carranza, primer director del Museo Histórico Nacional (MHN) le corresponden las ideas, iniciativas y asesoramiento a los artistas para erigir en la ciudad de Buenos Aires, monumentos destinados a perpetuar la memoria de los hombres que constituyeron la Primera Junta de Gobierno. Vale decir que si hoy la ciudad tiene en diversas plazas monumentos que recuerdan a los hombres de la Revolución ello se debe a Adolfo P. Carranza. 
Uno de los vocales de la Primera Junta fue Juan Larrea, tal vez injustamente olvidado frente a hombres de la talla de Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli o Cornelio Saavedra. Pues bien, Juan Larrea perteneció a la burguesía comercial porteña, participó en la lucha contra los ingleses en 1806-1807, tuvo un rol activo en la polémica Revolución del 1º de Enero de 1809, luego fue, como ya dijimos, vocal de la Primera Junta, se pronunció a favor de Moreno, lo que lo condujo al confinamiento en el interior cuando el morenismo cayó en desgracia; luego fue diputado en la Asamblea del Año XIII y le cupo un papel fundamental en la formación de la flotilla que le permitió al almirante Guillermo Brown vencer a los realistas en El Buceo y sellar la suerte de Montevideo. Fueron muchas las alternativas posteriores en la vida de Juan Larrea: el exilio, tras la caída de la Asamblea en 1815, el regreso gracia a la ley del Olvido de 1822, la lucha por reconstituir su fortuna, la oposición al régimen de Rosas, nuevas expatriaciones y regresos y finalmente su suicidio en 1847. 
Vicente F. López dijo que “Era el más diestro comerciante y financista de su tiempo. Su especialidad culminante en ese ramo, le daba un influjo decisivo en la dirección y en el curso de los negocios públicos. Su vivacidad para comprender las necesidades del momento, para encontrar los recursos a crear y proyectar la manera de sistematizarlos, era tan reconocida que bastaba su dictamen para que se procediera de acuerdo a sus indicaciones.” (1)
El monumento que lo recuerda se levanta en la Plaza Herrera y cuando fue inaugurado en ocasión del Centenario de la Revolución de Mayo se pronunciaron discursos laudatorios, por parte de la comisión promotora de las esculturas de los hombres de Mayo y de la municipalidad, que recibía la obra de arte: Entonces se adelantó el contraalmirante Atilio Barilari –miembro de la Comisión gestada por Carranza para la erección de las esculturas–  y pronunció el siguiente discurso: “Felices los pueblos que saben honrar la memoria de sus benefactores, o saben rendir homenaje pagando el tributo debido a los que han comprometido la gratitud de la posteridad; porque los pueblos que así proceden tienen señalado un hogar prominente en el camino de la civilización y la grandeza.
Buenos Aires, como capital de la República, honrando a los próceres de la Primera Junta, o sea a los que formaron el primer gobierno patrio de esta parte del continente americano, se coloca en la senda venturosa que a de conducirla a ese destino.
Honor y gloria a la capital de la Nación Argentina, en cuyo seno germinó y se formó ese gobierno que fue el pedestal de nuestra libertad y el verdadero precursor de nuestra independencia.
[...] don Juan Larrea, una de las figuras más salientes de los miembros de la Primera Junta. Fue uno de los primeros comprometidos en el reducido número de los campeones que expusieron su porvenir y su vida preparando los acontecimientos de Mayo, y después formó parte de aquel gobierno que sin temor de equivocarnos podemos llamar, por sus hechos y proyecciones, famoso ante la historia, y aplicó en él todas sus energías, todas sus actividades y todos los sentimientos grandes y nobles que animaron su alma, para que irradiara los rayos de luz que debían iluminar el sendero de la emancipación.
[...]
Apagado el eco de los aplausos [...] se oyó la voz del intendente Guiraldes, quien dijo: “Como intendente de la ciudad de Buenos Aires tengo el honor de recibir este monumento, que entrego al respeto público. Él significa la expresión y el voto de los pueblos argentinos, el homenaje del sentimiento nacional, la consagración de uno de los más distinguidos miembros de la gloriosa Junta, de don Juan Larrea.” (2)
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Fuentes:
(1) Cutolo, Vicente Osvaldo; “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino”, Elche, Bs. As., 1975, Tomo IV, pág. 92.
(2) “Memorándum sobre las estatuas inauguradas en 1910”, talleres gráficos Rinaldi Hnos., Bs. As., 1912, págs. 45-50.
Nota y foto tomadas del periódico "Desde Boedo".