(De Luis Alposta)
Casi nadie ignora que el verbo afanar proviene del caló, y que, tanto en lenguaje gitano como en lunfardo, significa robar. Pero no siempre las cosas se dan así. En ocasiones, en el transplante, la palabra conserva su forma y pierde su sentido original adquiriendo uno nuevo. Tal es el caso del verbo junar, también heredado del caló, que de significar oír o escuchar, se lunfardiza y pasa a ser para nosotros sinónimo de mirar. Y no sólo con el significado de fijar el sentido de la vista sobre alguien o algo, sino, además y preferentemente, con el de mirar de una determinada manera; mirar fijamente; atentamente; con cuidado; o con disimulo; de rabo de ojo a un costado; observando; entendiendo. Y así, junar termina adquriendo el sentido figurado de adivinar intenciones, de darse cuenta uno de algo.
Igual camino, aunque en sentido inverso, parece haber recorrido la palabra guardare, que en italiano significa mirar, y que al lunfardizarse, conservando en parte su forma, deviene en ¡guarda!, como expresión de aviso, de atención o amenaza.
Otra manera de mirar es fichar, que es mirar filiando; observar detenidamente. Y relojear, que originalmente designó el tomar el tiempo de un caballo en carrera, para, después, pasar a ser atisbar, mirar disimuladamente. O sea, mirar a alguien tomándole el tiempo.
Junar, fichar y relojear; distintas formas de mirar, en las que hacer la vista gorda no cabe.
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Imagen:"Malevo". Dibujo tomado de la página: picotto.net