19 may 2015

Acerca de "feites" y "braguetas"



(De Luis Alposta)

En la “Ilíada”, escrita hace dos mil ochocientos años, se mencionan con gran precisión heridas producidas por flechas, espadas, lanzas y piedras. Homero supo reflejar las ideas médicas de los antiguos griegos, demostrando al mismo tiempo conocer las características de este tipo de lesiones. Carlos de la Púa, que parece no haber quedado corto en esta especialidad, nos dice en  “El feite”: “Recuerdo de un amuro ranfañoso,/ luce tajo de guapo, marca rea,/ un feite en refasí, meticuloso,/ que un cacho de nariz le escolasea.”
Y ya que hablamos de feite, recordemos al “terror del hampa”, a uno de los principales protagonistas del crimen organizado, a alguien que, luciendo una cara tajeada, en la ciudad de Chicago en tiempos de la Ley Seca, mojó en sangre a más de cuatro. Me refiero a Scarface o Caracortada. Al que Paul Muni y Al Pacino le dieron rostro en el cine.
Pero los tiempos cambian y ciertas palabras, en ciertos ámbitos, cuando no en todos, se renuevan. Hoy feite, en el vocabulario carcelario o tumbero se le llama al filo. Un cuchillo o cualquier metal con filo es un feite. Y a un feite en la cara se le dice bragueta, palabra a la que, metafóricamente, los internos le dan el significado de cara cortada, de cicatriz en el rostro. Le quedó una “re-bragueta”, se dice.
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Imagen: Al Capone, llamado “Scarface” (Cara cortada), famoso hampón ítaloestadounidense. (Foto tomada de la página biografíasyvidas.com).
Texto tomado de “Mosaicos porteños”, blog  del autor.