(De Hugo Corradi)
Un poco más al sur de San Carlos comenzaba la zona de grandes terrenos baldíos y potreros incultos que por entonces rodeaban la ciudad, como los pertenecientes a don Carlos Guedes, despoblados solitarios que ocupaban más de veinte hectáreas entre Pavón, Asamblea, Viel, Zuviría, Cochabamba y Treinta y Tres por los cuales atravesaba solamente un desdibujado camino muy poco transitado –hoy avenidas Pavón-Asamblea–, que llegaba hasta los llamados “terrenos de la pólvora”, ubicados al sur de Caballito. Por aquellos parajes rara vez cruzaba un carro y, menos aún, alguna volanta, pues el estado del referido camino era malísimo. Sólo ocasionalmente se veían solitarios jinetes o cazadores acompañados de sus perros. Si algún carrero se atrevía a aparecer con su “charret”, era únicamente para amansar caballos de tiro bravos, o potros, favorecido por la ausencia de tránsito, árboles y alambrados.
A la altura donde hoy se cruzan Asamblea y Doblas existían unos pantanos intransitables, cuya prolongación con destino a los bañados de Flores, consistía en un profundo zanjón, conocido por los vecinos que luego fueron poblando esos lugares, por el nombre de “la tercera”. Ese accidente era bastante peligroso, en especial para el paso de carros y carretas en días de lluvia. Por ello, a fin de siglo (1), las autoridades debieron construir un puente, que, a poco de quedar habilitado, fue bautizado por la voz popular como “el puente del muerto”, designación que se mantuvo durante muchos años, hasta su desaparición al urbanizarse la zona. El origen del curioso nombre fue el crimen –en el lugar– de un solitario jinete, lechero a caballo, como era común entonces (2).
En los terrenos donde actualmente levanta su estadio el club San Lorenzo de Almagro (3) se encontraban los alfalfares de la quinta de Carballo, que en 1895 pertenecía a don Francisco Oneto y, vecinas, dando frente a la avenida Pavón , las de Bartolomé Pereyra y Coulín, donde se fueron instalando hornos de ladrillo. En la última, descuidado e ignorado, estuvo emplazado muchos años el portón de hierro que había pertenecido al histórico Fuerte de Buenos Aires, trasladado e instalado allí luego de su demolición. Uno de los pilares que lo mantenía llevaba la chapa N º 4050 de la referida avenida (4).
Finalmente, bien al sur, corría rumbo a los bañados el “camino de la arena”, actuales avenidas Chiclana-Cruz, bastante solitario, que conducía a los pasos “chico” y “de la noria”.
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1. El autor se refiere al siglo XIX. (N.del E.)
2. Dato referido por el antiguo vecino don Ambrosio Cerruti.
3. El autor se refiere a la antigua cancha y sede social del mencionado club, que entonces estaba en la avenida La Plata. ((N.del E.)
4. Ver Caras y Caretas del 25-5-1910.
Imagen: La avenida La Plata en la cuadra de la entonces entrada a la cancha de San Lorenzo de Almagro, y donde hoy se levanta el supermercado Carrefour.
Texto tomado del libro de H.C.: Guía antigua del oeste porteño. (Cuadernos de Buenos Aires, 1ª edición, Bs. As., 1969).