(De Chico Novarro)
Buenos Aires terminal.
Hoy vengo para estar
presente en mi destino. Vamos ciudad
abrime hoy, que es otro día.
Voy a bañarte de poesía, con cosas que son mías,
tan mías como vos.
Quiero verte más linda todavía
porque vendrán los duendes, los locos de la vida.
Vestite bien de gris, que es tu color del alma
pero con mucha calma, pintate,
lustrate hasta el changuito de la feria
y no te pongas seria, sos terminal al fin.
Yo me pondría, (no sé vos)
un espejito con la foto del Morocho en la solapa
y entonces serás tapa de todas las revistas
y nocturnos taxistas festejarán tu día
con un submarino
y dos medialunas de panadería.
Buenos Aires terminal. Aquí estoy
con todos mis ratones,
llamando de nuevo a tus portones.
Sobre una baldosa floja de la calle Defensa
aún puedo dar un salto por tu historia y mi vergüenza
y al subir la escalera de un hotel de baja caña
un retrato de Juan Gálvez y un poema de Manzi me acompañan.
Yo me levanto y canto
frente a un cacho de luna en el ropero
medio frasco de gomina en el balero.
Y al promediar la ronda del último curdela
vuela un tamango izquierdo rumbo al altillo
donde ameniza un gato negro sobre una lata de membrillo.
Buenos Aires terminal. Aquí estoy
con dos de mis pulmones.
Mi vida está contada en tus zaguanes,
con letra fina, y en carnaval,
se enredó con serpentinas
en los guardabarros de los colectivos
que van a Paternal.
Buenos Aires ventiluz
mediasuelas con chapitas, de cafiolos vidalitas,
y un vermú con papas fritas en Corrientes y Maipú.
No sé si te acordás... yo soy el que esperaba la rubia de
trencitas,
parado frente al kiosco, la esquina del Normal.
Hoy vuelvo para ser tu centrojás, ¿me dejás?
quiero cortar la torta en esta fiesta
colado entre la orquesta
metido en el montón, ¿qué más?
el negro terciopelo que gasta el bandoneón
micrófono a la zurda, viene la variación.
La mano del cantor sobre la oreja,
la nena con la vieja, estricta marcación.
Esmerada atención, ambiente familiar,
la casa se reserva el derecho de admisión.
Buenos Aires ilusión, ¿dónde estás?
Vengo a cobrar recuerdos que guardo en mi carpeta
la silla del abuelo, el patio, la pileta,
flores de fantasía sobre la mesa del comedor.
Ternura de mi hermano en camiseta
haciéndonos un circo de pan y morisqueta.
Buenos Aires terminal. No va más.
Fundí el motor. Hasta aquí llegó mi amor.
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Imagen: Obelisco, plaza de la República, de noche. (Foto: alojargerntina.com)