(De Marcos Silber)
Quien la vio reina del plata,
y quien la ve ahora pura ruina,
con los pulmones afuera, perdida,
miserable trepada a las luces del centro;
agitada como nunca,
colosal de loca, de chiflada,
a los gritos clamando toda la bronca,
dice malditos cosacos mosqueteros traidores dice,
postergadores, hijos de un vagón de putas dice,
ministros bandoleros ratas tratantes dice,
señoras limpitas venerables canallas dice,
y solitos, muñecos de apuro, abdicadores,
aturdidos, viudos del amor,
amputados lisiados de la ternura dice,
vaciados,
tontitos,
y se agita y se mece
con su gorro frigio la piantada,
con esas ramas y esas hojas,
como un bouquet de tormentas entre los brazos
los laureles que supo conseguir.
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Ilustración: Buenos Aires, pintura de Aniko Szabó.