(De Osvaldo Mastromauro).
En el mes de noviembre de 2012 el barrio cumple 167 años, y
si lo visualizamos desde la perspectiva de la época, fue parte del Pago de los
Montes Grandes, distrito de tierras y heredades, extendido desde Retiro a San
Isidro. Fue pueblo, fundado por decreto en 1855; en 1848, podemos encontrar en
las raíces de Belgrano la primera casa de material; con el tiempo estas
fértiles tierras vieron surgir grandes solares y caserones con quintas, y
Rogelio Yrurtia, vástago descendiente de españoles, decide adquirir una vieja
casona para albergar tanto su obra como a su familia.
Sigue la tradición ibérica de hacerlo junto a un arroyo, el
Vega, hoy entubado bajo la calle Blanco Encalada. Allí rediseñó la casa según
las normas imperantes en la época, estilo neocolonial, con dos torres, y
erigiendo un jardín granadino que hoy se preserva casi idéntico a como él lo
concibiera.
Es de destacar el estilo arquitectónico y monumentalista de
Rogelio Yrurtia. Viajero incansable, fijó en esta residencia su destino final,
legándola al Estado Nacional en 1942
a través de Alfredo Palacios, abriendo sus puertas al
público un año después.
La obra y la
Casa Museo de Rogelio Yrurtia se constituyen en complementarios
para visualizar lo producido por uno de los más grandes artistas de nuestro
país.
Su concepción arquitectónica y monumentalista, apreciable
tanto en el inmueble como en las obras emplazadas en sitios públicos (“Canto al
Trabajo”, “Monumento al Coronel Dorrego”, “Mausoleo de Rivadavia”), son muestras
imprescindibles de su exquisita inspiración a un tiempo que rotunda tarea
escultórica. La casa es habitada por un profuso conjunto de muebles, tapicería,
pintura y otros objetos que denotan su aguda tarea de coleccionista,
desarrollada en gran parte junto a Lía Correa Morales.
Destacan la amplia colección de esculturas, bocetos y
estudios de Yrurtia, y yesos del tamaño de los monumentos emplazados en las
calles de la ciudad, como el del “Moisés”, “La Victoria” y “La Justicia“ entre otras.
Retratos en bronce, en yeso, torsos, pies y manos de distintos tamaños, todos
estudios previos de diversas obras, conviven con obras de Lía Correa Morales,
segunda esposa del escultor e hija de su primer maestro, don Lucio Correa
Morales. También se pueden disfrutar pinturas de artistas argentinos como
Malharro, Quinquela Martín, De la
Valle, Julia Wernike, Eduardo Sívori, Bernaldo de Quirós,
Octavio Pintos, etc. y objetos reunidos en distintos viajes por el mundo, tales
como tapices, alfombras, vajilla, bronces y mobiliario de diferente
procedencia. Otras presencias ilustran la amistad de Yrurtia con colosos tales
como Pablo Picasso o Auguste Rodin, el Grupo Baleares, celosamente custodiados
por sofisticados sistemas de vigilancia.
El jardín granadino hace de contrapunto con el estilo
neocolonial del hábitat, poblado éste a la manera victoriana, en boga en su
época, conservado tal como Yrurtia y su mujer Lía lo concibieron. Es dable
destacar que los domingos, el día de la inauguración mensual, pintores,
escritores, escultores, músicos y coleccionistas comparten con los habitantes
de Belgrano, asiduos visitantes, una grata tertulia que se extiende por horas
bajo la arboleda y junto a florecidos rosales, a punto tal que ese instante
parece suspender el tiempo en ese lugar secreto y encantador.
Por último, y desde mi presencia en el museo, hace ya dos
años y medio, es muy grato y reconfortante trabajar con un equipo de excelencia
que se ha ido conformando en ese lapso de tiempo, cuidando y preservando el
valioso patrimonio, investigando temas tales como los elementos masónicos
presentes en la casa, promoviendo exposiciones temporarias que refrescan el
aire del museo, y cuidando de los mínimos detalles como para que el visitante se
sienta en un ámbito que de hecho pertenece a todos, y especialmente a los
vecinos de Belgrano.
UN POCO DE HISTORIA
Rogelio Yrurtia nació en Buenos Aires el 6 de diciembre de
1879. Realizó sus primeros estudios de escultura en el taller de un santero llamado
Casals; ingresó en 1898 a
la Sociedad Estímulo
de Bellas Artes; allí fue su maestro Lucio Correa Morales; un año más tarde
obtuvo una beca para proseguir sus estudios en Europa. Llegó a París a los 20
años, concurrió a la
Academia Julien y al estudio del escultor Jules Félix Coutan,
siguiendo al mismo tiempo un curso de dibujo en la Academia Colarossi.
En ese momento Auguste Rodin, que está en el apogeo de su
fama, realiza una elogiosa crítica sobre una obra expuesta por el joven Yrurtia
en el Salón de la Sociedad
de Artistas Fanceses. Allí, en 1903, expone la obra “Las Pecadoras”, grupo
escultórico de seis figuras, que tuvo una buena recepción por parte del público
y la crítica y en 1904 obtiene el Gran Premio de Honor en la Exposición Universal
de Saint Louis (Estados Unidos). En 1904 ejecuta el monumento al doctor
Alejandro Castro, actualmente emplazado en el hall central del Hospital de
Clínicas de la Ciudad
de Buenos Aires.
En 1907 se le adjudicó por concurso la realización del monumento
al Coronel Dorrego (Viamonte y Suipacha); la Municipalidad de la
ciudad de Buenos Aires le encarga el grupo “Canto al Trabajo” (Paseo Colón
entre Independencia y Estados Unidos). y el Jockey Club “El poeta ante el dolor
humano”, obra que no llegó a culminar. En 1916 inicia los trabajos para el mausoleo
a Bernardino Rivadavia (Plaza Miserere) que se le había encargado; trabajó
varios años en el mismo y finalmente fue inaugurado en 1932.
Durante los últimos años de su vida trabajó en el proyecto
que había concebido en 1923 para el gran monumento “Al triunfo de la República”(maqueta
ubicada en la sala Garaje del Museo)
Rogelio Yrurtia falleció en
Buenos Aires el 4 de marzo de 1950.
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Imagen: Museo Rogelio Yrurtia, en O`Higgins 239, barrio de Belgrano.
La nota y la fotografía fueron tomadas de la página www.mibelgrano.com.ar