(De Gabrielas Sharpe)
El bar “Ramos”, ubicado en la esquina de Corrientes y
Montevideo, uno de los cafés tradicionales de la ciudad, ya no existe. Su lugar
es ocupado hoy por una sucursal de la pizzería “Banchero”.
Junto con el café “La
Paz”, el “Ramos” fue un bar emblemático durante la década de
1960. Mientras que en “La Paz”
se reunían los intelectuales, el “Ramos” fue el epicentro de los artistas. Con
sus mesas y su barra en el medio del local las charlas eran infinitas.
Fundado en 1929, luego en la década de 1990, remodelado con
escaso gusto, fue un lugar de reunión de muchos porteños.
En la literatura quedó para siempre en los libros de Juan
Sasturain, al convertirlo en el lugar de encuentro del investigador jubilado
Etchenaik y el mozo del “Ramos”, Tony, dos hombres unidos por la soledad. En Manual de Perdedores, Sasturain lo
describe como “El viejo bar ‘Ramos’ parecía una pecera iluminada en la noche”.
Lamentablemente la bohemia porteña se trasladó a otros
barrios. Lamentablemente el patrimonio
cultural se va perdiendo. Los bares tradicionales de Corrientes, conocida como “la calle que nunca duerme”,
algo que ya no ocurre, cada vez se va a acostar más temprano y los viejos
reductos están extinguiéndose; las cadenas de cafés junto con la marginalidad están copando la parada.
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Imagen: Una de las últimas fotografías del bar “Ramos”.
Nota y foto tomadas de la página Buenos Aires Sos. (Mayo de 2012)