(De Enrique Espina Rawson)
Conocido como Salón Augusteo por los bailarines porteños. En
el frontispicio, puede leerse el nombre completo en grandes letras: SOCIETA
UNIONE OPERAI ITALIANI que, como cualquiera puede verificar, no tiene nada que
ver con Salón Augusteo. Este, en realidad, es el nombre del principal salón del
edificio de Sarmiento 1374.
Funcionaba, en sus inicios (se construyó en 1885) como un
centro de orientación y amparo para los inmigrantes italianos que arribaban a
nuestro puerto atraídos por la esperanza de un futuro mejor que el que
vislumbraban en su propio país. Tuvo una escuela gratuita para la colectividad
italiana por donde pasaron numerosos niños que luego fueron miembros muy destacados del comercio y de la
industria del país en las primeras décadas del siglo pasado.
El Salón Augusteo fue desde su inauguración, una de las
principales salas de música de Buenos Aires, y en el actuaron con suceso las
más destacadas orquestas y conjuntos musicales hasta 1920. A partir de ese año
la sala fue dedicada al baile, constituyendo, desde ese entonces, y hasta hace
muy pocos años un verdadero emblema de la milonga porteña.
Algunos sectores del edificio de cuatro pisos con mansarda,
tales como el imponente hall de entrada y el frente fueron remodelados en 1913.
Las obras estuvieron a cargo de Virginio Colombo, famoso arquitecto italiano,
gran impulsor del art-noveau que
hacía furor en esos años.
Desde luego, era el art-noveau
italiano, también mencionado como Liberty
milanés, desbordante hasta el punto de colmar las intrincadas fantasías del
diseñador más prolífico y minucioso que pueda haber existido.
La fachada ostenta infinidad de ornamentaciones con
voluptuosas cariátides, rostros femeninos, rejas con nautilus, guirnaldas entrelazadas, flores y hojas y, realmente, es
considerada una de las más importantes de la ciudad.
Lamentablemente todo está a punto de perderse. En el 2006 un
incendio en un sector del edificio determinó la caída de parte del techo. Las
reparaciones nunca llegaron. Las lluvias sí.
El edificio estuvo en venta como terreno, por lo que se lo
consideró demolición, en términos comerciales. Este escándalo al llegar a los
medios masivos produjo la rectificación del comercializador, que reconoció
públicamente haber equivocado los términos de oferta del inmueble.
La fachada y los salones están amparados por una
catalogación estructural que, aparentemente, protege su integridad. Pero, bien
se sabe, una cosa son los papeles y otra la realidad. Dentro de poco, si es que
ya no es muy tarde, el histórico edificio será irrecuperable. La propiedad del
inmueble la detenta la sociedad Unione e Benevolenza, con sede en Perón casi a
la misma altura.
______
Imagen: Firma del arquitecto en el frente del edificio
(Foto: Iuri Izrastzoff)
Texto y foto tomados de la página Fervor x Buenos Aires (http://www.fervorxbuenosaires.com
)