(De Carlos Davis)
La historia del barrio comienza hace varios siglos.
Fue el 4 de junio de 1588 cuando Juan Torres de Vera y
Aragón le otorga una especie de chacra a Juan García de Talovejo. Poco después
entrega otra porción a Gaspar Méndez. Sobre parte de estas tierras se formará
el barrio de La Floresta. El
17 de febrero de 1609 las extensiones descritas pasan a ser propiedad de Mateo
de Ayala.
El 13 de mayo de 1808 Norberto de Quirno y Echandía adquiere
1200 varas de frente al riachuelo por una legua de fondo.
El 22 de octubre de 1855 Faustino Ximenez y José Bergalo
obtienen escritura de dominio de una quinta demarcada por las actuales avenida
Rivadavia, Segurola, avenida Gaona y Concordia.
Sobre el origen del nombre de nuestro querido barrio pocas
son las dudas que existen...
Al parecer vivimos en un terruño llamado La Floresta ya que así
se denominaba una especie de quiosco o de bar que situado en las cercanías de
la estación (Bahía Blanca y Chilecito), servía de recreo para los viajantes que
venían en tren
desde la zona céntrica de nuestra ciudad...
Apoyando esta afirmación pasamos a reproducir el texto de un
aviso publicado en un diario de la época unos días antes de que llegara el
primer tren: “Tenemos el honor de anunciar al público que hemos establecido en
este bello quiosco un café restaurante donde comenzará el servicio desde el día
29 del corriente en que se inaugura el ferro-carril . Prescindiendo de la mesa
de refresco para 200 personas destinadas al ´tren de honor´, podrá servirse por
separado a las personas que vayan de paseo a esta última estación del
ferro-carril. ´La Floresta´
irá ofreciendo todas las comodidades apetecibles que por la premura del tiempo
nos ha sido imposible preparar para los que busquen favorecernos. Los precios
son los mismos que en el pueblo.(Soldati y Manggiani)”.
Un 12 de enero de 1854 dio comienzo la instalación de las
primeras vías del Ferrocarril del Oeste que iba a unir la Plaza del Parque (hoy
Lavalle) con la estación ubicada en las inmediaciones del quiosco "La Floresta".
Con respecto al primer viaje realizado el 29 de
agosto de 1857 se cuenta: "Cubiertas de flores partieron a la una de la
tarde ambas locomotoras, ´La
Porteña´ y `La
Argentina`". Viajaron desde el actual Teatro Colón hasta
la estación Floresta (extremo terminal del ramal).
El viaje insumía unos treinta minutos. Téngase en cuenta que
para cubrir el mismo trayecto en galera se tardaba dos horas, y si el
transporte se realizaba en carreta podía demorar cinco o seis. El tendido de la
línea férrea tuvo un costo de 6.900.000 pesos.
Luego de refrescarse en el quiosco de “La Floresta”, especie
de café –animado más aún en las noches al sumarse la música y las mujeres–,
propiedad del señor Soldati, ubicado justo en la mitad de la cuadra del pasaje
Chilecito, entre Bahía Blanca y Joaquín V. González), usó de la palabra el
señor gobernador, doctor Alsina, y luego los señores Sarmiento y Mitre
prosiguieron con dos bellos discursos...
Por entonces el barrio
era ocupado por quintas arboladas, cuya exhuberancia seguramente sirvió para
darle nombre al quiosco que más tarde, a su vez, nominaría a la estación de
tren y al barrio.
En 1895, "La Floresta" estaba bastante urbanizada.
Enrique Lynch ha dejado una imagen referida al barrio: "Floresta era un
verdadero pueblecito en el que todos se conocían: calles sin adoquinar, largos
alambrados cargados de hiedras y madreselvas y, por aquí y por allá,
bosquecillos de casuarias, de eucaliptus. Los puntos de reunión eran como en
todas partes, la plaza, la estación y la capilla, humildísima, con un atrio
embaldosado entre verjas mohosas en forma de lanza, de las que muchas habían
perdido la punta".
La estación Floresta fue renombrada como Vélez Sarsfield el
10/07/1888, en homenaje a la memoria del autor del Código Civil quien residió
en una casa quinta de los alrededores. El 10/02/1944 recuperó la denominación
con la cual se la conoce actualmente.
En el año 1973 la
vieja estación Floresta fue demolida y otra más moderna fue construida en su
lugar por la empresa FEMESA. En 1998 TBA realiza nuevas obras otorgándole su
aspecto actual.
Al cumplirse el primer centenario de la llegada del tren a
Floresta, “La Porteña”
volvió a lucirse, engalanada, sobre las vías de su primer viaje. Una verdadera
muchedumbre contempló emocionada su paso, al tiempo que su poderoso silbato los
saludaba victorioso.
En la actualidad la estación Floresta se ve moderna y
concurrida, aunque en poco tiempo más quizá su fisonomía cambie nuevamente. Un proyecto
del gobierno nacional busca soterrar el trayecto Once-Liniers. Esto hará que el
tren se desplace bajo nivel, eliminando los peligrosos y molestos cruces de
barreras.
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Imagen: Escudo del barrio de Floresta.
Nota tomada de la página digital Barriada.
Nota tomada de la página digital Barriada.