(De Mabel Alicia Crego)
El barrio de Barracas tiene sus rincones ocultos y una belleza arquitectónica muy particular que a pesar de los años aún conserva (en algunos casos en ruinosas condiciones) edificaciones de más de 180 años, que la desidia y poca importancia que le damos a nuestra historia, no ha mantenido.
Un caso es el “Castillo del Ombú” cuya construcción fue ordenada antes de las invasiones inglesas. Situado en la calle Brandsen al pie del terraplén del ferrocarril Roca, la leyenda dice que allí vivió el virrey Sobremonte y posteriormente en la época de Rosas fue cuartel de Cuitiño.
Nos cuenta el historiador de Barracas Enrique Horacio Puccia en su libro “Barracas en la historia y en la tradición” que la plaza Virrey Vértiz fue antiguamente quinta de verduras y el propietario de este predio, el señor Gregorini, integró la firma Gregorini- Crespo.
Esta empresa tuvo a su cargo la pavimentación de muchas calles de Barracas.
En el breve lapso que el señor Crespo ocupó la Intendencia municipal, fue secundado por dos vecinos de destacada actuación política: el coronel de intendencia don Antero Carrasco y el señor Eduardo P. Durán.
Parece ser que familiares del señor Crespo habitaron a fines de siglo “el castillo” con un enorme ombú al frente, al pie del puente del ferrocarril.
Algunas versiones expresan que tal mansión fue erigida como morada del virrey Sobremonte y su familia, otros la ubican como cuartel de Cuitiño durante el mandato de Rosas. Lo cierto es que la construcción fue ordenada por un acaudalado caballero de pura prosapia castellana, don Anselmo Sáenz Valiente en el año 1806, alcalde de segundo voto y miembro del Cabildo de Buenos Aires. Por aquel entonces Buenos Aires era la Capital del Virreinato del Río de la Plata y contaba con una población de 25.000 habitantes. En el año 1790 se había casado con Juana María de Pueyrredón Dogan, hermana del prócer del mismo apellido y una de las más admiradas mujeres de su época, no sólo por su belleza, sino por su distinción, generosidad y patriotismo.
La mansión mostraba en sus muros el escudo de armas de la familia y poseía un lujoso moblaje, valiosas pinturas y delicadas ornamentaciones traídas de Francia. Fue escenario de brillantes reuniones sociales a las cuales asistían lo más destacado de la sociedad porteña (solamente se interrumpieron en la era rosista).
En los vastos terrenos de la propiedad, uno de los descendientes, el señor Bernardo Sáenz Valiente y Pueyrredón (su padre había fallecido en 1815) “guardaba sus potros chilenos de sangre árabe, los más hermosos y piafantes del Buenos Aires de un siglo atrás”, según lo expresa Adolfo Mitre.
Después de Caseros, las fiestas se reanudaron en la mansión con todo su brillo anterior.
Ya en la segunda década de este siglo, lejos de su pasado esplendoroso, “El Castillo del Ombú” como lo denominaban los vecinos, sirvió de morada a familias de humilde condición y luego a los peones del Ferrocarril del Sud, de cuya empresa pasó a ser propiedad hasta que fue demolido en abril de 1941. Pronto desapareció también el ombú, testigo mudo de aquel brillante pasado.
Hoy sólo queda en pie el muro que rodeaba el solar de la residencia, con una portada importante y dos puertas de rejas. Funcionaba allí la estación Sola del Ferrocarril Roca, que en el año 1880 adquirió los terrenos ubicados entre las actuales calles Suárez, Pinedo, Australia, Perdriel hasta Vélez Sarsfield.
Se instaló una estación de cargas, compuestas de seis galpones y varios talleres destinados para pintura y reparación de vagones, que llevaba el nombre antiguo de la calle Sola. En 1886 fueron trasladadas a este lugar otras instalaciones que la empresa tenía en Avellaneda (Barracas al Sur). Cuando se construye el terraplén actual, la conexión entre el ramal principal y la estación se interrumpe y para mantener su utilidad se hace necesario el tendido de una vía que cruce el Riachuelo. Actualmente varios de los galpones son utilizados por empresas camioneras de transporte con depósito y espacio de carga y descarga. Envío y recibo de mercaderías y también almacenamiento de contenedores navieros.
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Fuentes:
Barracas en la historia y en la tradición de Enrique Horacio Puccia G.C.B.A.
Puentes y ferrocarriles de Barracas de Luis O. Cortese.
La calle de los locos de Enrique H. Puccia.
Imagen: Escudo del barrio de Barracas.
Nota tomada de www.barriada.com.ar