(De Miguel Eugenio Germino)
LA CURVA DEL FERROCARRIL OESTE
Si bien el damero porteño de las
manzanas de Buenos Aires presenta un alineamiento parejo, existen algunas
particularidades, como lo es la rareza del pasaje Enrique Santos Discépolo
(antes Rauch), que nace en la avenida Callao al 500 para terminar en Riobamba
al 400.
Su trazado se remonta al año 1857,
cuando el 29 de agosto el humo de “La Porteña”, la primera locomotora del primer
ferrocarril argentino, dibujara su caprichosa forma en “S”. Atravesaba sobre
los rieles aquel paraje con destino a la terminal Floresta, arrastrando dos
obedientes vagones.
En la esquina del naciente pasaje,
se desplegaban las avenidas Entre Ríos-Callao, diseñadas en 1822 como una
avenida de circunvalación de “treinta varas de ancho” (25 metros), aunque
durante muchos años continuó siendo un ancho camino de tierra, pantanoso en
invierno y polvoriento en verano. Esto a pesar de ser una de las escasas rutas
que, además de marcar el límite urbano, constituía el acceso por donde
ingresaban las carretas rumbo a los mercados de concentración de la ciudad.
A pocas cuadras del lugar, en otro
paraje de diez manzanas, se encontraba el llamado “Hueco de Zamudio”, donde
empezaba a establecerse la Plaza
del Parque (hoy Lavalle), que por entonces sólo ocupaba dos manzanas.
Aquella área cobró relevancia con
la instalación de la Fábrica
de Armas y luego el Parque de Artillería, en el lugar donde hoy se encuentra el
Palacio de Justicia. Fue precisamente en este sector (actual emplazamiento del
Teatro Colón) donde se fundaría la estación cabecera del primer ferrocarril
argentino, construido por una empresa de capitales nacionales, la Sociedad Camino de
Fierro al Oeste.
Las vías de este ferrocarril
atravesaban la plaza para tomar la calle Parque (hoy Lavalle) y alcanzar la
altura de la actual Callao. Aquí empezaba el tramo que nos ocupa, La Curva del Oeste, un pasadizo
en diagonal por el interior de la manzana Callao-Riobamba-Lavalle-Corrientes, y
que ingresaba en los terrenos pertenecientes a Josefa de la Quintana, linderos a la
chacra del convictorio o Quinta de los Padres Jesuitas (expulsados de Buenos
Aires por segunda vez en 1841).
El recorrido del tren, pasada la
curva, continuaba por la calle Corrientes en forma terraplenada a lo largo de
nueve cuadras, hasta Centroamérica (hoy Pueyrredón), donde giraba al sur hasta
llegar a la Plaza Once
de Septiembre. Allí se hallaba la primera estación del recorrido, apenas como
un apeadero, en las actuales calles Bartolomé Mitre, entre Ecuador y Jean
Jaures. Atravesaba luego los barrios de Almagro, Caballito y Flores, para
terminar el recorrido en Floresta.
Con el tiempo la cabecera Parque
había quedado en un sector demasiado poblado, por lo que en 1883 se dispuso
trasladarla a Plaza Once de Septiembre, pero recién hacia 1892 fueron retiradas
las vías en desuso. Una nota publicada en La Nación,
del 21 de diciembre de 1887, da cuenta del reclamo del Intendente Municipal al
Director de Ferrocarriles, en estos términos: Levantamiento de rieles: Que
adopte las medidas conducentes, para levantar los rieles de la calle Corrientes
que impiden la prosecución de los trabajos de adoquinado hasta Chacarita. Al
mismo tiempo manifiesta la necesidad de evitar el estacionamiento de los trenes
del Oeste en las calles Rivadavia, Piedad, y Bustamante hasta Medrano, para
facilitar el tránsito.
Por otra parte los vecinos de la
calle Cangallo a la altura de Bustamante, se quejan del mal estado de las
aceras, donde las hay. El tránsito es por demás incómodo y casi imposible en
los días de lluvia. Hemos recibido una carta de varios vecinos pidiendo una
visita del inspector municipal a aquellos parajes. Damos traslado de este justo
pedido al referido empleado.
Levantados los rieles, nace pocos
años más tarde –en 1893– esta miniatura vial de la ciudad, el pasaje Rauch, con
veredas angostas y futuras casas de altos frentes que le imprimirán un aspecto
gris y opaco. En el inicio del pasaje, en Callao, una placa recuerda su origen
y reza: “Por aquí pasó La
Porteña –30 de agosto de 1857 viaje inaugural– 30 de agosto
de 1960 año del Sequiscentenario de la Revolución de 1810. Asociación amigos de la Avenida Callao”
Fue denominado Federico Guillermo
Rauch en honor al militar que actuó en los ejércitos napoleónicos y que ya en
nuestras tierras se destacó por sus campañas para combatir al indio en las
fronteras.
A poco de su nacimiento, el pasaje
comenzó a ocuparse con las llamadas “casas de tolerancia”, favorecidas por la
oscuridad y porque su trazado en “S” impedía ver el lado opuesto, lo que le
brindaba una singular privacidad.
Hacia 1930 se levantó en el lugar
una de las tantas pintorescas y económicas Ferias Francas, con sus
característicos puestos, de toldos descoloridos debidos al desgaste y la luz
del sol.
Antes, en 1926, se había
establecido, en el número 1857 del pasaje, una fábrica de bujías, sobre cuya
estructura nacerá en 1980 el “Teatro del Picadero” (picadero por su forma
circular), frente a los fondos del Normal “Domingo Faustino Sarmiento”. Por su
condición de teatro independiente se instaló ahí mismo, en 1981, el “Teatro
Abierto”, una contundente respuesta cultural a la dictadura del llamado
“Proceso” Videla-Viola y compañía, pero resultó incendiado en forma “accidental”
el 6 de agosto del mismo año, a los pocos días de haber ofrecido sus primeras
funciones.
EL PASAJE ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO
El 11 de noviembre de 2005 la
antigua Curva del Oeste es inaugurada como pasaje peatonal en homenaje al
entrañable Enrique Santos Discépolo. Se mantiene la fachada del “Teatro del
Picadero”, y en el contrafrente del Normal Sarmiento se emplaza un mural de Mariano
Santamaría de 120
metros cuadrados, titulado Discepolín y el paso de La Porteña.
Discépolo había nacido en
Balvanera, en la calle Paso 113, el 27 de marzo de 1901. En 1917 debutó como
actor cómico, luego fue afirmándose como actor de reparto, pero su mayor mérito
estuvo en la composición de tangos y canciones, las que perduraron en el tiempo
como Cambalache, ¡Qué vachaché!, Yira…yira, ¿Que sapa señor?, ¡Chorra!, Uno, Cafetín de
Buenos Aires, Esta noche me emborracho, entre muchos otros de alto contenido
social y humano.
Tras su viaje a Europa en 1935,
Discépolo incursionó como guionista y director de cine. Falleció en su
departamento de Callao al 700 donde vivía con Tania, muy cerca del pasaje que
hoy lleva su nombre.
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Imagen: La ahora calle-peatonal Enrique Santos Discépolo.
Nota y foto tomadas del periódico Primera Página (9 de noviembre de
2009).
Fuentes:
-Buenos Aires nos cuenta, Nº 8, Abril de 1988.
-Del Pino, Diego A., Allá por la Capilla del Carmen,
Cuadernos de Bs. As., 1981.
-Llanes, Ricardo M., Antiguas plazas de Buenos aires,
Cuadernos de Bs. As., 1977.
-http://coronadosdegloria.wordpress.com/2009/08/14/discepolo-el-autor-del-pueblo.
-http://www.geocities.com/ferrocarrilesargentinoshoy/FCO.htm.