8 abr 2011

La Torre Monumental


(De Miguel Ruffo)

En más de una oportunidad hemos señalado que la época del Centenario fue muy importante en el desarrollo de los monumentos y esculturas de Buenos Aires. La Torre Monumental, más conocida como Torre de los Ingleses es un testimonio de los festejos relacionados con los primeros cien años de vida independiente. Se levanta en la ex Plaza Britania, actual Plaza Fuerza Aérea Argentina, en la zona de Retiro. Fue donada a la Argentina por los residentes británicos en ocasión de las celebraciones. Su piedra fundamental fue colocada el 26 de diciembre de 1910, la obra fue construida a lo largo de seis años con materiales procedentes de Inglaterra, sólo el agua que se utilizó para la realización de las mezclas no era inglesa. Se la inauguró el 24 de mayo de 1916, exactamente a las tres de la tarde y al acto de inauguración concurrió el presidente Victorino de la Plaza. El plenipotenciario inglés se llamaba Reginal Tower (su apellido en español es Torre). El monumento es una copia del famoso Big Ben de Londres. Hubo una época en que su reloj era cuidado celosamente por el señor Humberto M. Galfrascoli; dos veces por semana controlaba, limpiaba, aceitaba y vigilaba la buena marcha del mecanismo de relojería. Luego vinieron años de abandono. En 1998 el Gobierno de la Ciudad invirtió 180.000 pesos sólo en materiales para la reparación de la Torre. El gasto total ascendió a 500.000 pesos y en sus trabajos participaron 40 personas bajo la conducción del ingeniero Enrique J. Callegari, que en esos años se desempeñaba como titular de la Dirección General de Infraestructura y Renovación de Edificios. En 1999 Alberto N. Selvaggi, escribía a La Nación una carta donde entre otros conceptos vertía los siguientes: “Querido reloj amigo: el domingo 14 de marzo, a las 22.40, te vi resplandeciente con tu nueva puerta y los vitrales de la planta baja rehechos (luego de 30 años); la iluminación te muestra más bello que nunca. Vos, que aguantaste estoicamente, en 1972, el tratamiento de la empresa Golden Gate (¿qué será de esos miserables que arruinaron tantos edificios porteños con su brutal arenado?); también en esa época tapiaron tus ventanas por no reponer los vitrales (1970); en abril del 84 te incendiaron, y luego, en septiembre, te pusieron bombas; y un año después, también en septiembre, más bombas; perdiste tu puerta y los ahora discutidos cuadrantes quedaron hechos añicos. En los últimos 13 años te vi agonizar, pero hoy me alegro al ver que renaciste, como el Ave Fénix. […] Avalan mis comentarios ser el único miembro en la Argentina del British Horological Institute, mi relación frecuente y fluida con mis pares especialistas en relojería monumental del Reino Unido y los Estados Unidos, y pertenecer a dos asociaciones prestigiosas de horólogos” (1). La Torre Monumental tiene 60 metros de altura, desde el mirador que rodea a la misma al pie del reloj, podía contemplarse parte del paisaje urbano. El diseño de la Torre fue obra del arquitecto Ambrosio Poynter y se estilo artístico es el renacentista. No se puede pasar por Retiro sin levantar la vista para contemplar el gran reloj de la Torre de los Ingleses. Lamentablemente aún hoy no se terminan por resolver sus problemas estructurales para que quede definitivamente librada al uso público.
Somos conscientes que al abordar el tema de la Torre de los Ingleses tocamos un tema delicado y espinoso, por la guerra de Malvinas (1982) y sus consecuencias. En todo movimiento social, y el de Malvinas lo fue hasta llegar al plano del enfrentamiento bélico, hay un cierto espíritu iconoclasta. Ello se debe a la contraposición entre las ideas simbolizadas por un monumento y las reivindicaciones contestatarias de las clases, grupos o sectores opuestos a aquellas ideas e intereses. Pero no es colocando bombas en la Torre como se va a derrotar al colonialismo inglés en Malvinas y menos aún al imperialismo en el continente. Pensamos que la Torre Monumental o Torre de los Ingleses forma parte del paisaje y de la memoria urbana. Testigo de una época en que la Argentina había definido relaciones prioritarias con Gran Bretaña, la Torre simboliza todo un pasado de nuestro país. Podemos criticar a la economía agroexportadora, a las relaciones privilegiadas con los ingleses, a la República Conservadora; lo que no podemos hacer es negar ese pasado con sus luces y sus sombras, con sus injusticias y contradicciones, pero pasado al fin de la Argentina. Consideramos que la Torre de los Ingleses es todo un símbolo del pasado de nuestro país.
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     (1)   “La Nación”, 10 de abril de 1999.

Foto: La Torre Monumental, más conocida como Torre de los Ingleses.
Tomado del periódico Desde Boedo.