(De Evaristo Carriego)
Un poco paliducha y adelgazada,
–¡estuvo tan enferma recientemente!–
caminando de prisa por la asoleada
vereda, va la rubia convaleciente
que, con rumbo a Palermo, dobló hacia el Norte.
¡Salud, la linda rubia: cara traviesa,
gesto de ¡viva Francia! y airoso el porte:
como que para eso nació francesa!
¿Será el desconocido que va adelante
o es la gracia burlona con que camina
que ahuyentó aquel capricho sentimental?
¡Adiós los ojos tristes del estudiante
que vio junto a la cama de su vecina
en la tarde de un jueves del hospital!...
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Foto de Evaristo Carriego.