(De Diego A. del Pino)
Otra calle principal de Villa Crespo es la avenida Cánning, (1) antes denominada “del Ministro Inglés” y cuyo cruce con Corrientes tiene valor representativo de la imagen que del barrio se ha formado el porteño.
En su recorrido existían numerosos hornos de ladrillos, que proveían de este material de construcción a los nuevos dueños de lotes en la zona. El horno de Mazzola, por ejemplo, con su característica noria, fue uno de los más conocidos, y allí trabajó durante un tiempo el que fuera luego famoso pugilista de la categoría máxima: Luis Ángel Firpo.
Según A. Taullard, en esta calle estaba la quinta del diplomático británico mister Henry Southern, dándole esta circunstancia denominación a la ruta.
En Warnes, a la altura del 600, en el año 1934 era posible ver los restos de una antigua casona, centenaria ya, que ocupara la familia Balcarce. En la esquina de esa calle con Serrano también subsistían, allá por 1940, gruesos pilares que formaban la entrada. El vetusto y semiderruido caserón, otrora distinguida mansión de verano, estaba ocupado por varias familias muy humildes: era un conventillo. ¡Curioso destino para una casa solariega que, como otras que tuvieron similar final, fueron alguna vez ornato de Buenos Aires!
Decíase por esos lugares de Villa Crespo que en los fondos de la antigua vivienda de los Balcarce estaba la entrada de un largo túnel que llegaba hasta la calle Chubut (Ángel Gallardo). No faltó quien dijera que por allí se hallaba enterrada una caja con monedas de plata. Esto parece casi natural: casas viejas, túneles misteriosos, depósitos secretos y un tesoro de antiguas monedas…
Y sobre lo que fue una mansión de 1850, se levanta, poco a poco, un moderno edificio de veinte pisos…
No muy lejos de este caserón de la familia Balcarce, en el cruce con Humboldt, don Juan Manuel de Rosas tenía instalada una Alcaidía, cuyo jefe era Santos Somellera y al que sucedió en el cargo su yerno, Pedro T. Montes. Cuando cayó Rosas, este paraje comenzó a denominarse “la quinta de los Montes”.
A un centenar de metros de la casa se veían, en 1930, los restos de un importante edificio: el “palacio de don Gabino Cueli”, personaje sobre el que daremos algunas noticias curiosas tomadas de la revista Caras y Caretas del 9 de marzo de 1907. Dice el periodista que en 1757 don Juan Agustín Cueli compró un campo por setecientos pesos fuertes. Estas tierras estarían hoy limitadas por las calles Corrientes, Cánning, la avenida Costanera y las vías del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico.
Fallecido Cuelli, se inicia en 1802 el juicio sucesorio, y resulta único heredero su hijo, Pedro Valentín Cueli, pero las tierras no pueden ocuparse. El problema se prolonga en el tiempo, y en 1932 todavía se pleitea; y así hasta 1946, año en que un señor Fortunato Latagliata reúne a los entonces descendientes, sin obtener un resultado definitivo… “En 1907 –comenta el periodista– podía verse, en la esquina de Triunvirato (2) y Cánning, el poste esquinero del campo de los Cueli, terrenos que hoy incluirían nada menos que todo Villa Crespo, Villa Malcom y parte de Palermo…”
Siguiendo con este “catálogo de antigüedades villacrespenses”, informaremos que en Warnes y Antezana, muy cerca de Cánning, allá por 1850, se encontraba la casa quinta de Henry Southern, al que nos hemos referido al comentar el nombre de la calle. La vivienda tenía las clásicas galerías, heredadas de los españoles. Llegó el progreso y hubo que abrir una calle, que dividió por el medio la aristocrática mansión. El palacio se fraccionó, y lo cierto es que allá por 1935 se podían ver, en el número 46 de Antezana, tres ojivas y algunas columnas… Y por allí se escuchaban los gritos de los niños jugando, el martilleo de un italiano zapatero o el parloteo de un vendedor sirio-libanés…
En la calle Lavalleja estaba la quinta de “mister Lumb”. Dice un periodista en El Progreso (1934): “En Lavalleja 77, oculta por una vieja tapia, vive sus postreros años aquella otrora brillante y frecuentada casa. Atravesando el portón, se ven las columnas de entrada, sirviendo de sostén a pilas de carbón… Una familia de obreros austríacos y otros muchos extranjeros, pasean hoy su pobreza por entre los restos de aquel palacio…”
Don Ricardo M. Llanes (Noticias Gráficas, 1º de agosto de 1958) aporta otros interesantes datos. Por 1910, la calle Cánning era parte del recorrido de los tranvías de la compañía “La Belga”, cuyos vehículos se caracterizaban por estar pintados de color celeste y blanco. En la misma calle estuvo el palacio de Menéndez Behty, donde se hospedó la cantante Adelina Patti. Otro majestuoso edificio de la zona (ya algo fuera del barrio) es la Iglesia de San Jorge, con sus tres cúpulas de mayólica verde, verdadera muestra de pericia artesanal. Recuerda el historiador que en la calle mencionada, llegando a Padilla, estaba el cine “Cánning”, y a la altura del 1300, otro muy frecuentado por los niños: el “Select Palermo” al que llamaban significativamente “La Chinche”, y en el que se podía tomar mate durante las funciones…
A principio del siglo (3) –volviendo a la calle Warnes–, en el cruce con Muñecas, las inundaciones convertían el lugar en una laguna, circunstancia que desesperaba a los vecinos y que permitía a los chicos incorporar un nuevo juego: fabricar “botes” con cajones y remar de vereda a vereda. Muy cerca de la calle Río de Janeiro había cunetas especiales que dejaban correr el agua de lluvia, y en toda la zona era dable ver “pasaderas” de hierro, las que conocimos en 1930, y que se hacían girar sobre un eje, para que se pudiera cruzar la calle.
En Cánning 162, allá por 1917, en un humilde sótano, vivió transitoriamente el afamado cuentista Horacio Quiroga.
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(1) Actualmente Raúl Scalabrini Ortiz. (N.del E.).
(2) Actualmente Corrientes (N.del E.)
(3) Se refiera al siglo XX (N.del E.)
Imagen: Columnas de la entrada de la que fuera la casona de la familia Lumb en Lavalleja al 100. (Foto:AGN)
Texto tomado de El barrio de Villa Crespo, Cuaderno de Buenos Aires, XLIV, Primera Edición, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1974.