28 oct 2010

Caseros, la calle de las trágicas escenas


(De Ricardo Llanes)

El primero de los duelos de que aquí se tenga noticia, realizado a pocos pasos de esta calle, fue el que sostuvieron el coronel Luis Carrera, chileno, y el general Juan Mackenna, irlandés. Tuvo lugar en la Quinta de Conde (Juan Conde, su dueño), situada, según nos lo muestra el plano de Martín Boneo (año 1800), entre las calles Caseros, Patagones, Perú y Montes de Oca, siendo las 10 de la noche del 21 de noviembre de 1814. Se cambiaron dos tiros de pistola, cayendo Mackenna con el cuello perforado. El historiador Diego Barros Arana lo ha relatado en todos sus detalles (1).

Las avanzadas inglesas de la Primera Invasión (27 de junio de 1806), deben hacer frente al huracán de pedradas que los defensores desatan sobre ellas al verlas repechar la “Barranca del Marcó” (así conocida por el propietario de las tierras, que lo era don Ventura Miguel Marcó del Pont), que comprendía las calles Defensa y Bolívar, desde Martín García hasta Caseros, en su mayor elevación.

Las tropas de la Confederación pelean contra las de Buenos Aires en el sitio del año 53; y en uno de los reconocimientos que efectúa el general Mitre desde los “Potreros de Langdon” (2), es alcanzado por una bala que lo hiere en la frente. “Las fuerzas de la ciudad –dice el historiador Enrique H. Puccia– organizaron una serie de acciones: el 18 de abril, el mayor Galán, al frente de sus tropas, llegó hasta las actuales calles Caseros y Bernardo de Irigoyen, conocida por “esquina de los Pérez”, y una columna al mando del mayor Rodríguez limpió de enemigos el Hueco de los Sauces (hoy Plaza Garay). El 13 de mayo otro contingente avanzó por la calle Salta e hizo retroceder al enemigo más allá de la Quinta de la Noria (3); y en los días 26 y 27 ocuparon la Quinta de Horne (actual Parque Lezama) (4).

Veintisiete años más tarde, los encuentros de las fuerzas adversarias en los combates de los Corrales y la Convalecencia (junio 1880) tienen campo también en algunos tramos del escenario de esta calle.

Y cuando el capitán Mariano Espina decide exponer su vida al pistoletazo del comandante Jimeno, el lance se realiza en un terreno vecino al cementerio del Sur, el 20 de diciembre de 1870.

Y digamos –porque la tragedia jamás alcanzó  en la ciudad de Buenos Aires escenas tan horrorosas– que esta necrópolis, principal enterratorio de las víctimas de la fiebre amarilla del año 1871, debió ser clausurada a causa de los miles de difuntos que colmaron su capacidad. Había sido librada al servicio de la comunidad el 24 de diciembre de 1866; y del espantoso drama que vivía la ciudad poniendo a prueba el temple de los facultativos, sacerdotes y caballeros que componían la Comisión Popular de Socorro, el poeta Carlos Guido y Spano escribiría tiempo después, provocado por el recuerdo de la señora Luisa Díaz Vélez (viuda del general Gregorio Aráoz de Lamadrid), víctima del flagelo y a quien el autor de Hojas al viento dio sepultura con sus propias manos: “Cuando eché la última palada de tierra sobre aquellas reliquias venerables, me pareció que mi madre me daba un beso en las tinieblas”. El cementerio del Sur, cerrado en el mes de abril de 1871, ocupaba el mismo terreno del actualmente llamado Parque “Florentino Ameghino”, que toma las calles Caseros, Monasterio, Uspallata y Santa Cruz. El monumento que se levanta en el centro de este parque, obra del escultor uruguayo Juan M. Ferrari, recuerda con sus inscripciones a quienes cayeron junto a las trincheras del deber y de la abnegación.
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(1)Véase Historia general de Chile, tomo X.
(2) Su perímetro comprendía, aproximadamente, el límite que hoy forman las calles Casero, Montes de Oca, Uspallata y Vieytes.
(3) En el año 1778 esta quinta delimitaba con las actuales calles Caseros, Garay, Chacabuco y Bernardo de Irigoyen.
(4) Barracas en la historia y en la tradición (Edición Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Año 1964).

Imagen: Avenida Caseros desde Defensa hacia el oste en la actualidad (año 2010). Foto tomada de secretosdebuenosaires.com
Tomado de: Recuerdos de la ciudad porteña, Edit. Corregidor, Bs. As., 2000.