Contrapinta del Centro,
en tus estaños póstumos
la Rosa corajea su paloma de vino
y una sombra de últimos lunfardos
se agiganta de prepo
cuando tus curdas baten
en los versos varones
la sonata porteña de Celedonio Flores.
En las mesas truqueras
toda la fulería
de los reos sin suerte
se escolasa hacia el sueño
y el paquete cargado de los piolas
cincha vueltas de copa:
"¡Sírvale a los muchachos la penúltima,
sirva, sirva...!"
Santo y seña mistongo
de camaradería
para esta recalada,
esta "mélange" de otoños.
Todos son a la gurda
y hay un estilo de hombre
que se aguanta de guapo
y sobrevive de la nada.
Quizá, cuando la borren
a esta cuadra piolaza,
el último en caer
-como el tronpa del barco-,
sea un reo de mi flor
con un tinto en la mano
y un libro bajo el brazo.
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Juan Carlos La Madrid en un dibujo de Elsa Soibelman.